GALIA AMSEL

Su primer contacto con el vidrio lo tuvo a través de un curso de escultura en Farnham College -a cuyos profesores y antiguos alumnos dedicamos la colectiva "A sense of place" en 2004- y poco después también en el Royal College of Art. Por aquellos años viaja con frecuencia a Nueva York, donde reside su padre, quedando atrapada por la colección de obras del Pacífico, en el Metropolitan Museum.

En 1994, el mismo año en que abre su primer taller, una de sus obras es seleccionada para la exposición "The glass Show", una colectiva itinerante por todo el Reino Unido que se expuso también en el V&A de Londres y que dio a conocer el panorama de artistas británicos que habían escogido el vidrio como medio: Peter Layton, Colin Reid, Coling Webster, Richard Jackson y Galia Amsel, entre los primeros.

A partir de entonces la vemos en convocatorias nacionales e internacionales como la primera edición de Venezia Aperto Vetro en 1996. Studio Glass Gallery de Londres, Clara Scremini de París o Bullseye Glass Gallery de Oregón son las  galerías que le representan desde finales de los 90 y los primeros años del nuevo milenio. Hoy, manteniendo algunas de estas, son galerías australianas y neocelandesas donde con mas frecuencia vemos sus obras expuestas, porque en 2003, en pleno éxito de su carrera y mientras preparábamos su exposición individual "Miradas alternativas" en el MAVA (2004), emigró a Nueva Zelanda, donde todavía reside.

Sus esculturas busca las formas simples y por ello de gran impacto, inspirándose tanto en el Lejano Oriente de su infancia como en los poderosos paisajes de América y Nueva Zelanda.

Un grupo de sus obras evoca pórticos de templos o vanos misteriosos, como la pieza en la colección del MAVA, titulada "Space beyond"(2002), donada por la artista al finalizar su muestra. En el otro tipo de obras Galia Amsel busca el trazo, la linea curva y elegante que tiende a la fuga. Los anillos y formas cilíndricas, abiertas o cerradas son también frecuentes. Las suyas son superficies texturadas, muy trabajadas. Sus colores de vidrio opaco o traslucido buscan en todo caso la luz.

Su obra está presente en las colecciones de museos de toda Europa, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda.